Cuando un hombre te deja por otra mujer vuelve

El final de una relación afecta a las dos partes siempre. Se rompe un vínculo emocional que suele ser el que vertebra la unión. Se rompen hábitos. Se dejan de hacer muchas cosas que, antes, formaban parte de la dinámica. La vida de ambos cambia. Pero la de que es abandonado tiene, además, el componente del dolor. 

El que es dejado, además, sufre. 

Hay cierta sensación de alivio que, si la distinguen cuando su relación acaba es porque es sano que finiquitara. No siempre somos conscientes de experimentarla, pero, normalmente, es una sensación a la que llegan ambas partes cuando comprueban qué ocurre al separarse. Inmediatamente quien deja porque ya no ama, posteriormente quien es dejado porque entiende que si no le quieren, es mejor que se hayan ido. 

El alivio es fundamental en una separación. 

La dependencia emocional es esa que ata a las personas aun cuando no haya una razón aparente que lo justifique. Eso te lleva a enloquecer cuando te dejan, porque crees que tu vida, sin esa persona, no tiene sentido o es imposible. Se diagnostica en grados de leve a severa y las personas que la padecen suelen autolesionarse y, en algunos casos, suicidarse. España está en sus tasas más altas de suicidio con 3.941 personas en 2020. Y, aunque los divorcios han bajado, según datos del I.N.E,  parece que las razones no son la falta de ganas sino la dependencia económica de las parejas. 

Qué hago; me ha dejado por otra…

La persona dejada suele tener dependencia emocional. Eso puede bloquearla en todos los sentidos: suelen querer estar a solas, se esconden, no se relacionan. Justo lo que no debería hacer porque dialogar y contar qué le hace sufrir ayudará a que sane. 

El duelo se tiene que pasar. La persona que nos abandona no ha muerto pero necesitamos resetearlo en nuestra memoria como si hubiera desaparecido. No desearemos que muera pero sí que se vaya a vivir muy lejos de nosotros para que pueda ser feliz sin que seamos testigos de ello. Lo contrario es cruel para la persona abandonada. Sean elegantes. Marta Ibáñez, experta en relaciones de pareja dice que es imprescindible bloquear en redes sociales, comunicarse más que para lo estrictamente necesario y solo si hay niños de por medio. Dejar de ver a esa persona. No puedes estar cruzándotela si pones un pie en la calle. “Lo contrario hará que el dolor se prolongue más. No puedes ser su amiga si te ha dejado. Llegarás a serlo, pero para eso necesitas no tener dependencia emocional de él”.

Las fases del duelo son diferentes para cada persona. Pero suelen pasar por una primera parte de profundo dolor, necesidad de encontrar las razones de la ruptura, una aceptación de la situación y una sanación que, por favor, háganla lentamente. Porque se necesita volver a coger confianza. La persona dejada suele tener la autoestima dinamitada, más si han sido dejadas por alguien. 

¿Y el sexo? No seré yo quien desaconseje el sexo, pero, normalmente, después de que te dinamiten la vida de esta manera no sueles tener muchas ganas de mambo. Cuídense una temporada. Intenten meterse en las camas de personas que los traten muy bien. No es necesario que estén enamorados, porque enamorarse les costará. Pero no intenten poner parches con polvos esporádicos. 

Emocionalmente, se necesita construir de nuevo. Elijan los nuevos cimientos. 

Imaginen lo que puede salir de ahí… 

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Hay parejas que rompen diez veces y vuelven a reconciliarse otras diez veces más. Son vínculos de ida y vuelta con sabor a incerteza y sufrimiento prolongado que temen asumir la auténtica realidad: que esa relación está abocada al fracaso.

Cuando un hombre te deja por otra mujer vuelve

“Mi pareja me ha dejado varias veces y luego vuelve, hemos roto tantas veces que ya no sé si lo nuestro vale la pena…”. Son muchas las personas que se ven en esta misma situación, en esas relaciones chicle de ida y vuelta, de hoy no te quiero y mañana te necesito. Son realidades de elevado desgaste psicológico que no todo el mundo sabe cómo manejar.

Lo primero que nos viene a la mente ante este tipo de vínculos es que lo mejor sería proceder a la ruptura. Al fin y al cabo, aquello que ya de por sí evidencia grietas está destinado tarde o temprano a desmoronarse por sí mismo. No obstante, hay un problema y no es otro que el del apego afectivo, ese pegamento emocional que impide construir relaciones felices y maduras.

Así, y por llamativo que nos parezca, estas dinámicas se dan en múltiples ocasiones. Son experiencias altamente patológicas que no deberíamos favorecer por nuestro bienestar y equilibrio psicológico. Lo analizamos.

Mi pareja me ha dejado varias veces y luego vuelve ¿por qué lo hace?

Terminar y volver a empezar. Romper la relación y al cabo de dos, tres semanas o un mes, tu expareja vuelve a enviarte un mensaje o a llamar a la puerta para pedirte perdón y de paso, clamar una nueva oportunidad. Una parte de ti sabe que no debería hacerlo, pero el amor es ciego, el afecto muy ingenuo y a veces la inmadurez demasiado poderosa. Con lo que reiniciáis una vez más, algo que debíais haber dado por concluido.

Ahora bien, si una persona dice aquello de “mi pareja me ha dejado varias veces y luego vuelve”, el problema como tal no está solo en quien rompe y luego hace el camino de vuelta. También quien cede a esa dinámica una y otra vez evidencia un problema que debería revistar. Y la clave, como bien hemos señalado, está en la dependencia afectiva. Profundicemos un poco más.

Codependencia e inmadurez emocional

Hay parejas que terminan su relación tras una discusión puntual. Los ánimos se caldean, se lanzan reproches, el orgullo se inflama y no tarda en aparecer el clásico “pues lo dejamos”. Ahora bien, tras unos días o unas semanas, el enfado se diluye y aparece la notificación en el móvil de “te necesito”.

La madurez en las relaciones de pareja no llega con los años, no es un programa que se instala de manera automática llegados los 30. La mala gestión de las emociones, la codependencia, la baja autoestima y confundir amar con necesitar diluyen por completo la competencia en materia afectiva.

Problemas de comunicación

Por su parte, la ausencia de una comunicación efectiva representa una de las principales causas de ruptura. En estos casos, la pareja no es capaz de entablar diálogos honestos, respetuosos y comprensivos al momento de resolver los conflictos.

En su lugar, se dejan controlar por las emociones y, en muchos casos, recurren a una comunicación agresiva, al distanciamiento o a las indirectas. A la larga, estas acciones derivan en la ruptura. Pero, al cabo de unos días y cuando las emociones se calman, se dan cuenta que pudieron haber resuelto el conflicto a través de un diálogo efectivo. Historia que se repite cada vez que hay un conflicto.

Relaciones irrompibles: ni contigo ni sin ti

La Universidad Intercontinental México realizó un interesante trabajo en el 2005, titulado Ni contigo ni sin ti: la pareja irrompible. Este estudio definió un tipo de vínculo afectivo muy común: el de las relaciones irrompibles. Perfila la personalidad de quienes son incapaces de mantenerse juntas, pero a su vez ni se sienten con fuerzas para romper definitivamente la relación.

Dicha dinámica configura un círculo vicioso en el que se retroalimentan el odio y el amor, la frustración y el sufrimiento, el apego y el rechazo. Cuando estas personas están juntas son conscientes de que la convivencia es insoportable, sin embargo, cuando están separadas se sienten vacíos el uno sin el otro.

Mi pareja me ha dejado varias veces y luego vuelve (el miedo a la soledad)

El miedo a la soledad nos convierte en mendigos del afecto, en esclavos del mal amor. De este modo, si alguien comenta aquello de que “mi pareja me ha dejado varias veces y luego vuelve” es adecuado que ambos se pregunten qué provoca la ruptura y qué explica el retorno. En muchos casos, la separación ocurre porque la convivencia es imposible. También, porque el afecto ya no es el mismo.

Sin embargo, en buena parte de los casos esa vuelta a la relación la impulsa el miedo. ¿Qué voy a hacer yo solo? ¿Qué va a ser de mí sin nadie a mi lado?

Miedo al cambio

Asimismo, el miedo al cambio puede ser otra causa de las relaciones intermitentes. En estos casos, el cambio de rutinas, de objetivos, e incluso de vivienda, puede generar mucha ansiedad. Por tanto, en lugar de afrontar todo aquello, prefieren seguir manteniendo la relación a toda costa.

Exceso de culpa

Los sentimientos de culpa también suelen motivar las constantes reconciliaciones. En estos casos, la pareja decide intentarlo una vez más para reparar lo que creen haber hecho mal. Por ejemplo, es bastante común que después de una infidelidad, la pareja decida volver para enmendar el daño ocasionado. En lugar de hacerlo porque de verdad se quieren y desean estar juntos.

Esperanza de que las cosas cambiarán

Las constante reconciliaciones también pueden deberse a la sensación de que, esta vez, sí pueden hacer las cosas diferentes. Entonces, si ambos comparten este mismo sentimiento, aparecen las segundas, terceras y cuartas oportunidades.

Por lo general, esta esperanza de cambio es ilusoria y está motivada por la dependencia emocional.

¿Qué puedo hacer si estoy en una relación intermitente?

Hay segundas partes que sí merecen la pena. Evidentemente, pueden existir relaciones que dejamos en su día y que más adelante, por las circunstancias que sean, sí es adecuado invertir en ellas para repararlas, para intentarlo de manera más madura, comprometida y valiente.

Ahora bien, si una persona ha dejado varias veces a la otra persona y luego vuelve, nos encontramos ante otra realidad. Esas idas y venidas, esas relaciones chicle que se estiran y más tarde vuelven, solo generan sufrimiento.

Es más, debemos ser conscientes de algo importante. El problema no está solo en quien deja y luego vuelve. También quien cede y permite el regreso debe reflexionar en por qué lo hace. Vale la pena tener en mente algunas reflexiones al respecto.

Aspectos que debemos considerar

  • Con que nos dejen solo una vez ya es bastante para replantearnos esa relación. Por tanto, si ofrecemos una nueva oportunidad y vuelve a darse otra ruptura, es obligación nuestra entender que no es bueno malgastar la propia dignidad con quien no nos respeta.
  • El amor de ida y vuelta está abocado al sufrimiento. Debemos entender que el afecto no lo es todo para construir un vínculo de pareja. No basta con querer mucho, hay que querer bien y eso no es algo que todo el mundo sepa hacer.
  • Asimismo, es bueno recordar un detalle. La dependencia distorsiona el amor, nos convierte en esclavos de dinámicas afectivas patológicas. Toleramos lo intolerable y desgranamos fragmento a fragmento la propia autoestima.

Acciones a tomar

Asimismo, si tu relación va y viene lo ideal es que:

  • Identifiques cuál es la dinámica de la relación y tus sentimientos al respecto. Cada pareja es un mundo, por lo que cada una debe analizase de forma particular. En este caso, indaga cuáles son las razones de ida y vuelta de tu pareja, reconoce cómo te hace sentir  y cuestiónate cuál es la mejor alternativa para el caso.
  • Te preguntes cuáles son las razones que te llevan a intentarlo nuevamente. También es importante que tengas claro por qué sigues regresando con tu pareja (¿dependencia emocional? ¿miedo a estar solo/a? ¿baja autoestima?…). Esto te ayudará a conocerte mejor, atacar el problema de raíz y evitar que se siga perpetuando la situación.
  • Analices el contexto. ¿Por qué ahora te está incomodando tu relación intermitente y no antes? ¿Qué es lo que hay distinto en esta ocasión?
  • Te conozcas a ti mismo/a. Identifica qué aspectos de tu personalidad te llevan a conectar con este tipo de relaciones y qué puedes hacer para superarlas. En la medida que identificamos las razones que nos mantienen en el sufrimiento, iremos cambiando aspectos que nos constituyen para estar mejor.
  • Acudas a terapia. Ya que es una de las mejores alternativas para conocernos a nosotros mismos y mejorar nuestras relaciones personales. Gran parte de los factores que nos mantienen anclados en este tipo de relaciones son inconscientes y a veces requerimos de la asistencia de un profesional para descubrirlos.

Para concluir, recalcamos que las relaciones de ida y vuelta no nos llevan a ningún lado, solo nos aferran a la infelicidad. Por lo que es momento de tomar cartas en el asunto y perseguir nuestro bienestar.

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¿Cuando un hombre te deja te vuelve a buscar?

En resumen, si un hombre vuelve a buscarte, esto significa que desea restablecer su relación contigo de alguna forma. Cuéntanos: ¿Te ha pasado alguna vez que una pareja tuya ha vuelto a buscarte?

¿Qué pasa cuando un hombre te deja por otra?

La persona dejada suele tener dependencia emocional. Eso puede bloquearla en todos los sentidos: suelen querer estar a solas, se esconden, no se relacionan. Justo lo que no debería hacer porque dialogar y contar qué le hace sufrir ayudará a que sane. El duelo se tiene que pasar.

¿Qué hacer cuando alguien te cambia por otra persona?

Son los siguientes:.
Llora la decepción. ... .
No des más peso a esta circunstancia. ... .
No culpes a esa tercera persona. ... .
Rompe el contacto a través de las redes sociales. ... .
No te compares con esa persona que ha enamorado a tu pareja. ... .
No intentes mantener la amistad después de la ruptura. ... .
Céntrate en tu propia vida..